La escuela es responsable de
auspiciar las experiencias educativas necesarias para que los estudiantes
puedan conocer y adquirir la esencia de sus antepasados, desarrollar nuevas
formas para adaptarse e interpretar la realidad y afinar la habilidad para desarrollar
nuevos conocimientos. Aunque ésta es un reflejo de la sociedad también es el
vehículo que ha creado la sociedad para socializar a los jóvenes e inducirles a
transformarse. El cambio social debe ser planificado, controlado y dirigido de
forma coherente y consciente. éste debe ser apoyado por un sistema educativo
compatible con las modificaciones que sufre la sociedad. La escuela debe
modificarse para así satisfacer las necesidades que se generan continuamente en
la sociedad. Para lograr esto debe tener el conocimiento de las necesidades
cambiantes de la sociedad, tales como las sociales, las públicas y las
individuales que debe satisfacer si quiere ser aprobada y mantenida por la
sociedad.
Según lo estableció el
Consorcio sobre Productividad en las Escuelas en el 1995 (citado por DuFour and
Eaker, 1998) la controversia no es que los maestros y las escuelas no estén
innovando y cambiando todo el tiempo, lo están haciendo. El problema es el tipo
de cambio que ocurre en el sistema educativo, su frágil calidad y el que estos,
en su mayoría, no son cambios planificados, sino que al contrario, ocurren por
casualidad y al azar.
Cambio no es sinónimo de
innovación, sino es una alteración de algo o de alguien y puede darse de forma
involuntaria. La innovación, por el contrario, es una transformación deliberada
e innovadora de lo que existe. Estos atributos la distinguen del cambio que
ocurre en todo (Wiles y Bondi, 1991). Los educadores debemos tener clara esta
diferencia para que podamos atender tanto el cambio como la innovación. Así le
daremos la importancia que cada uno de éstos requiere de acuerdo con sus
implicaciones en el proceso educativo.
Bennis (citado en Wiles y
Bondi, 1991) indica que existen siete tipos de cambios que se desarrollan en
las organizaciones, en especial, en las escuelas. Estos son:
El cambio planificado -
aquél que se produce como parte de un proceso de planificación e incluye la
determinación de las necesidades de cada miembro de la organización;
La adoctrinación - ocurre
cuando recalcamos un tipo de idea y la enseñamos sin la posibilidad del
análisis y la reflexión sobre la misma;
El cambio coercivo - es toda
modificación a lo existente que ocurre bajo presión, a la fuerza y bajo
amenaza;
El cambio tecnocrático -
ocurre en la forma de hacer las cosas, en los procedimientos y prácticas
adoptados por la organización;
El cambio interaccional - se
crea por medio de la interacción y la comunicación entre los diferentes
miembros de la organización o entre éstos y las personas fuera de la misma;
El cambio acumulativo - es
el resultado de una serie de eventos que se unen y producen nuevos patrones; y
El cambio natural - que
ocurre de forma espontánea y continua por el mero hecho de existir y actuar.
Esta lista de aliteraciones
es evidencia suficiente de que el cambio es algo que va a ocurrir en todo
momento, como parte de las acciones cotidianas. Lo que pasa es que éste ocurre
de una forma tan constante y rutinaria que el ser humano no se da cuenta de que
el mismo ocurre, a menos que sea uno en el que se haya pensado con
anterioridad. Por esta razón, en el proceso educativo es muy importante la
participación de las personas interesadas para que el cambio de verdad responda
a las necesidades tanto de la escuela como de la sociedad. La escuela como
institución formal, debe producir modificaciones o innovaciones que sean
producto de una planificación estratégica para el mejoramiento de la
institución. Esta gestión hace que el proceso de cambio sea uno deseado,
necesario y que permita a la escuela el mantenerse en un rol proactivo ante las
demandas de la sociedad. De esta manera, el producto de la escuela responde
también a las expectativas de esa sociedad que crea a la escuela con ese
propósito.
La organización escolar
puede generar diferentes tipos de cambios planificados, como los siguientes:
Cambios en la estructura de
la organización en la cual se reordenan los sistemas internos. éste puede
incluir tres tipos de modificaciones en la estructura organizacional:
Diseño organizacional -
cambio en la definición de los puestos.
Descentralización - creación
de unidades más pequeñas con cierto grado de autonomía.
Modificación del flujo de
trabajo - rediseño de las tareas de los recursos humanos de la organización de
acuerdo a las áreas de especialidad.
Cambios en la tecnología,
que significa cambiar la maquinaria, los procesos, la investigación o los
métodos de producción.
Cambios en las personas, que
incluye tratar de cambiar la conducta de los empleados concentrándose en sus
habilidades, actitudes, percepciones y expectativas.
Para que un cambio
planificado se convierta en un cambio verdadero en una organización se tiene
que seguir un proceso sistemático. Según Lewin y Schein, éste se compone de
tres etapas fundamentales:
Descongelar - consiste en
lograr que los miembros de la organización identifiquen la necesidad de
cambiar.
Cambiar - se adoptan los
valores, actitudes y conductas nuevas que van a ser dirigidas por un agente de
cambio.
Recongelar - garantizar que
el nuevo patrón que se produjo en el paso anterior se mantiene, se refuerza
constantemente y se apoya el proceso de implantación para que no se elimine el
cambio producido.
Este proceso se tiene que
completar para asegurarnos que el cambio se produzca de la manera adecuada para
que sus resultados sean positivos y con implicaciones a largo plazo. Para que
una organización sea eficaz y se mantenga la salud organizacional deben tener
presente lo siguiente:
Lograr sus metas, mantenerse
a sí misma internamente, adaptarse al ambiente.
Las escuelas tienen que
seguir este mismo patrón si quieren mantener su eficacia. Para que una escuela
sea eficaz todos los componentes de la organización deben tener un compromiso
real con el cambio planificado. Un cambio que en realidad provenga de la
selección, adaptación e implantación de una serie de innovaciones que atiendan
las necesidades de la comunidad escolar y permitan alcanzar una mayor
productividad, y que los resultados demuestren la calidad académica y de los
procesos administrativos. El director y el grupo de maestros de esa escuela
necesitan una mentalidad abierta y proactiva, y que ante cada problema o
situación que se presente vean una gran oportunidad de desarrollo. Por supuesto
que esta visión puede presentar riesgos en el proceso educativo. Pero, realmente,
no hay peor gestión que la que no se hace. Además es mejor cometer un error
tratando de solucionar una situación, que esquivarla y dejar que la misma se
convierta en un problema con implicaciones negativas para la escuela.
Lamentablemente, en las
organizaciones existen personas que no apoyan este estilo proactivo y se oponen
al cambio. Se resisten a que se modifiquen las cosas de forma estructurada. Sin
embargo, no pueden detener el cambio que ocurre todos los días como producto de
los procesos de vida del ser humano. Estas personas se convierten en fuerzas de
resistencia al cambio por una de las siguientes tres razones:
Incertidumbre - cuando el
empleado no sabe con qué va a enfrentarse.
Preocupación por pérdidas
personales - es el miedo a perder algo que ya se tiene, por ejemplo, estatus,
dinero, autoridad, amistades o la comodidad personal.
Creencia de que el cambio no
es a favor de los mejores intereses de la organización - el empleado cree que
el cambio puede afectar la productividad o la calidad del producto.
Por lo tanto, la labor del
director de escuela y de los maestros es trabajar juntos para evitar que la
resistencia al cambio se convierta en una limitación que no permita el
desarrollo institucional. Es importante que a través de la gestión educativa se
introduzcan las innovaciones que sean necesarias para lograr un proceso
educativo más exitoso.
Una innovación es cualquier
pensamiento, comportamiento o cosa que es nueva porque es cualitativamente
distinta de la existente. En educación, una innovación se refiere a un cambio
novel, deliberado, planificado que espera ayudar a la escuela a lograr más
eficazmente las metas existentes y lograr nuevas metas. La reforma educativa se
enfoca mayormente en la restructuración escolar, y así se logra que el
liderazgo transformativo y el cambio de modelos de cultura institucional sean
asuntos críticos para los administradores. Ambos conceptos están unidos a la
comunicación. Por lo tanto, el liderazgo para el cambio y la innovación requiere
un conocimiento real de las teorías de liderazgo, las teorías organizacionales
y las de comunicación.
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