sábado, 21 de marzo de 2015

1.- CAMBIO PLANIFICADO EN LA ESCUELA

La escuela es responsable de auspiciar las experiencias educativas necesarias para que los estudiantes puedan conocer y adquirir la esencia de sus antepasados, desarrollar nuevas formas para adaptarse e interpretar la realidad y afinar la habilidad para desarrollar nuevos conocimientos. Aunque ésta es un reflejo de la sociedad también es el vehículo que ha creado la sociedad para socializar a los jóvenes e inducirles a transformarse. El cambio social debe ser planificado, controlado y dirigido de forma coherente y consciente. éste debe ser apoyado por un sistema educativo compatible con las modificaciones que sufre la sociedad. La escuela debe modificarse para así satisfacer las necesidades que se generan continuamente en la sociedad. Para lograr esto debe tener el conocimiento de las necesidades cambiantes de la sociedad, tales como las sociales, las públicas y las individuales que debe satisfacer si quiere ser aprobada y mantenida por la sociedad.
Según lo estableció el Consorcio sobre Productividad en las Escuelas en el 1995 (citado por DuFour and Eaker, 1998) la controversia no es que los maestros y las escuelas no estén innovando y cambiando todo el tiempo, lo están haciendo. El problema es el tipo de cambio que ocurre en el sistema educativo, su frágil calidad y el que estos, en su mayoría, no son cambios planificados, sino que al contrario, ocurren por casualidad y al azar.
Cambio no es sinónimo de innovación, sino es una alteración de algo o de alguien y puede darse de forma involuntaria. La innovación, por el contrario, es una transformación deliberada e innovadora de lo que existe. Estos atributos la distinguen del cambio que ocurre en todo (Wiles y Bondi, 1991). Los educadores debemos tener clara esta diferencia para que podamos atender tanto el cambio como la innovación. Así le daremos la importancia que cada uno de éstos requiere de acuerdo con sus implicaciones en el proceso educativo.
Bennis (citado en Wiles y Bondi, 1991) indica que existen siete tipos de cambios que se desarrollan en las organizaciones, en especial, en las escuelas. Estos son:
El cambio planificado - aquél que se produce como parte de un proceso de planificación e incluye la determinación de las necesidades de cada miembro de la organización;
La adoctrinación - ocurre cuando recalcamos un tipo de idea y la enseñamos sin la posibilidad del análisis y la reflexión sobre la misma;
El cambio coercivo - es toda modificación a lo existente que ocurre bajo presión, a la fuerza y bajo amenaza;
El cambio tecnocrático - ocurre en la forma de hacer las cosas, en los procedimientos y prácticas adoptados por la organización;
El cambio interaccional - se crea por medio de la interacción y la comunicación entre los diferentes miembros de la organización o entre éstos y las personas fuera de la misma;
El cambio acumulativo - es el resultado de una serie de eventos que se unen y producen nuevos patrones; y
El cambio natural - que ocurre de forma espontánea y continua por el mero hecho de existir y actuar.
Esta lista de aliteraciones es evidencia suficiente de que el cambio es algo que va a ocurrir en todo momento, como parte de las acciones cotidianas. Lo que pasa es que éste ocurre de una forma tan constante y rutinaria que el ser humano no se da cuenta de que el mismo ocurre, a menos que sea uno en el que se haya pensado con anterioridad. Por esta razón, en el proceso educativo es muy importante la participación de las personas interesadas para que el cambio de verdad responda a las necesidades tanto de la escuela como de la sociedad. La escuela como institución formal, debe producir modificaciones o innovaciones que sean producto de una planificación estratégica para el mejoramiento de la institución. Esta gestión hace que el proceso de cambio sea uno deseado, necesario y que permita a la escuela el mantenerse en un rol proactivo ante las demandas de la sociedad. De esta manera, el producto de la escuela responde también a las expectativas de esa sociedad que crea a la escuela con ese propósito.
La organización escolar puede generar diferentes tipos de cambios planificados, como los siguientes:
Cambios en la estructura de la organización en la cual se reordenan los sistemas internos. éste puede incluir tres tipos de modificaciones en la estructura organizacional:
Diseño organizacional - cambio en la definición de los puestos.
Descentralización - creación de unidades más pequeñas con cierto grado de autonomía.
Modificación del flujo de trabajo - rediseño de las tareas de los recursos humanos de la organización de acuerdo a las áreas de especialidad.

Cambios en la tecnología, que significa cambiar la maquinaria, los procesos, la investigación o los métodos de producción.
Cambios en las personas, que incluye tratar de cambiar la conducta de los empleados concentrándose en sus habilidades, actitudes, percepciones y expectativas.
Para que un cambio planificado se convierta en un cambio verdadero en una organización se tiene que seguir un proceso sistemático. Según Lewin y Schein, éste se compone de tres etapas fundamentales:
Descongelar - consiste en lograr que los miembros de la organización identifiquen la necesidad de cambiar.
Cambiar - se adoptan los valores, actitudes y conductas nuevas que van a ser dirigidas por un agente de cambio.
Recongelar - garantizar que el nuevo patrón que se produjo en el paso anterior se mantiene, se refuerza constantemente y se apoya el proceso de implantación para que no se elimine el cambio producido.
Este proceso se tiene que completar para asegurarnos que el cambio se produzca de la manera adecuada para que sus resultados sean positivos y con implicaciones a largo plazo. Para que una organización sea eficaz y se mantenga la salud organizacional deben tener presente lo siguiente:
Lograr sus metas, mantenerse a sí misma internamente, adaptarse al ambiente.
Las escuelas tienen que seguir este mismo patrón si quieren mantener su eficacia. Para que una escuela sea eficaz todos los componentes de la organización deben tener un compromiso real con el cambio planificado. Un cambio que en realidad provenga de la selección, adaptación e implantación de una serie de innovaciones que atiendan las necesidades de la comunidad escolar y permitan alcanzar una mayor productividad, y que los resultados demuestren la calidad académica y de los procesos administrativos. El director y el grupo de maestros de esa escuela necesitan una mentalidad abierta y proactiva, y que ante cada problema o situación que se presente vean una gran oportunidad de desarrollo. Por supuesto que esta visión puede presentar riesgos en el proceso educativo. Pero, realmente, no hay peor gestión que la que no se hace. Además es mejor cometer un error tratando de solucionar una situación, que esquivarla y dejar que la misma se convierta en un problema con implicaciones negativas para la escuela.
Lamentablemente, en las organizaciones existen personas que no apoyan este estilo proactivo y se oponen al cambio. Se resisten a que se modifiquen las cosas de forma estructurada. Sin embargo, no pueden detener el cambio que ocurre todos los días como producto de los procesos de vida del ser humano. Estas personas se convierten en fuerzas de resistencia al cambio por una de las siguientes tres razones:
Incertidumbre - cuando el empleado no sabe con qué va a enfrentarse.
Preocupación por pérdidas personales - es el miedo a perder algo que ya se tiene, por ejemplo, estatus, dinero, autoridad, amistades o la comodidad personal.
Creencia de que el cambio no es a favor de los mejores intereses de la organización - el empleado cree que el cambio puede afectar la productividad o la calidad del producto.
Por lo tanto, la labor del director de escuela y de los maestros es trabajar juntos para evitar que la resistencia al cambio se convierta en una limitación que no permita el desarrollo institucional. Es importante que a través de la gestión educativa se introduzcan las innovaciones que sean necesarias para lograr un proceso educativo más exitoso.

Una innovación es cualquier pensamiento, comportamiento o cosa que es nueva porque es cualitativamente distinta de la existente. En educación, una innovación se refiere a un cambio novel, deliberado, planificado que espera ayudar a la escuela a lograr más eficazmente las metas existentes y lograr nuevas metas. La reforma educativa se enfoca mayormente en la restructuración escolar, y así se logra que el liderazgo transformativo y el cambio de modelos de cultura institucional sean asuntos críticos para los administradores. Ambos conceptos están unidos a la comunicación. Por lo tanto, el liderazgo para el cambio y la innovación requiere un conocimiento real de las teorías de liderazgo, las teorías organizacionales y las de comunicación.

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