El aprendizaje
organizacional es un campo de investigación académica y de práctica profesional
con un desarrollo relativamente reciente. En los últimos años se han planteado,
desde diversas disciplinas, modelos teóricos explicativos del fenómeno. Para Brasil,
según Loila (2003), desde 1997 se han realizado publicaciones con cuatro
características: la primera, asociada al desempeño competitivo de las
organizaciones; la segunda, sobre la relación aprendizaje en las organizaciones
y cultura organizacional; la tercera, en temas de menor frecuencia de
asociación como liderazgo, proceso decisorio, procesos interpersonales y
conflictos, y la cuarta aborda el uso de los términos más usados por los
investigadores de aprendizaje organizacional, aprendizaje individual,
organizaciones de aprendizaje, memoria organizacional y aprendizaje de equipo,
que buscan avalar el estado de arte en términos teóricos o empíricos. En este
artículo se realiza específicamente una contribución; el resultado es una
integración de las capacidades humanas y de los subprocesos de aprendizaje, más
allá de la mera intuición, que excluye otros procesos cognoscitivos y formas de
aprendizaje consciente.
Esta disciplina se sitúa en
la confluencia de numerosos campos de investigación, como afirma Dogson (1993):
la psicología, la sociología, la economía y la administración; en esta última,
el aprendizaje tiene un papel importante en la innovación, la estrategia, la
productividad, la toma de decisiones y el cambio organizacional.
La capacidad de aprendizaje
es considerada y valorada como una variable multidimensional en la que las
fuentes, los niveles de aprendizaje, la cultura y las condiciones para de
aprendizaje constituyen las dimensiones representativas. A partir de estos
planteamientos, la capacidad de aprendizaje de una organización está
determinada por cuatro variables fundamentales (Garzón, 2005): las fuentes, los
niveles de aprendizaje, la cultura y las condiciones para de aprendizaje.
Estas se caracterizan en dos
dimensiones (Bontis, 1999; Vera y Crossan, 2000): 1) Una dimensión estática,
constituida por los stocks de conocimiento —tácitos o explícitos— inmersos en
la organización y que residen en los individuos, los grupos y en la propia
organización, y 2) una dimensión dinámica, determinada por los procesos de
aprendizaje que hacen posible la evolución de los stocks por medio de la
activación de "flujos" de generación, absorción, difusión y
utilización del conocimiento. Así, los stocks de conocimiento son el input y el
output de un conjunto de flujos o procesos de aprendizaje que, en la
terminología de March (1991), hacen posible la exploración y la explotación de
los conocimientos.
En definitiva, la
interacción dinámica entre las fuentes, los niveles de aprendizaje, la cultura
y las condiciones para el aprendizaje, los conocimientos y los procesos de
aprendizaje que los desarrollan determinan la capacidad de aprendizaje de las
organizaciones, cuyos efectos sobre los resultados de la organización son
moderados por la gestión del conocimiento.
Con estas premisas, en este
trabajo de investigación se plantea: ¿la capacidad de aprendizaje con las
fuentes, los sujetos, la cultura y las condiciones para de aprendizaje son
determinantes en los resultados organizacionales?
La capacidad de aprendizaje
organizacional se caracteriza por establecer qué es lo que conocemos, dónde
está ese conocimiento, cómo lo podemos utilizar y mejorar nuestra
productividad; de la misma forma, cuáles son los aspectos que se deben tener en
cuenta en el aprendizaje organizacional, qué tan desarrollado está conceptual y
operativamente el aprendizaje en las organizaciones y determinar cómo influyen
sobre los resultados de la organización.
Por consiguiente, aún
persiste la necesidad de dar una respuesta explícita a cuestiones tan
relevantes como: ¿El aprendizaje en la organización se asocia con un
rendimiento superior?; ¿en qué condiciones es más factible que así sea?; ¿en
qué niveles es más factible que así sea?; ¿qué fuentes hacen que sea más
factible que así sea?; ¿en qué cultura organizacional es más factible que así
sea?; ¿conduce el aprendizaje organizacional a la obtención de beneficios u
otros resultados que refuerzan las posiciones de competitividad sostenida?; ¿es
la capacidad de aprendizaje organizacional una de las que mayores posibilidades
para realizar contribuciones a la dirección de empresas y su perdurabilidad?
Es importante considerar que
el rendimiento organizacional es un concepto multidimensional no siempre
desarrollado adecuadamente, y a lo mejor más complejo en términos de
descripción que en términos de medidas agregadas o razones financieras.
Conforme a ello, no existe una medida única o superior que describa de manera
puntual el impacto y la efectividad de la gestión del aprendizaje organizacional
sobre los resultados.
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