Hablar de comunicación
institucional va mas haya de la interacción entre un emisor y un receptor de
uno o varios mensajes, implica tomar en cuenta la forma en la que el emisor
emita la información y la forma en que el receptor reciba la información y la
procese, además de la importancia o el peso de dicha información, ahora bien
transportando estos elementos de la comunicación a contextos de una institución
se torna complejo pero a su ves necesario, sobre todo cuando se busca aterrizar
un proyecto de intervención educativa que requiere la colaboración de los
integrantes de una organización.
La comunicación
institucional implica grandes retos, sobre todo cuando en una organización
existen diversos factores para llevarse de manera adecuada, es decir, muchas de
las veces la comunicación no se da de manera adecuada porque existen diversos
grupos de docentes con ideologías o necesidades diversas y que buscan solamente
sus intereses propios sin mirar al colectivo docente como un todo y un medio
para obtener resultados en beneficio de la institución y sobre todo de los
alumnos, pues muchas de las veces no se puede ni siquiera entablar una charla
informal porque no existen las condiciones de confianza para intercambiar
información diversa y mucho menos para platicar acerca de un proyecto en mejora de la institución.
Según Gregory Bateson una
comunicación no sólo trasmite información sino que al mismo tiempo impone
conductas, siguiendo esta idea podemos desfragmentarla y analizar que pasa si
esta afirmación da un giro y no solo trasmite la información o trasmite poca
información sino que va más enfocada a cambiar las conductas entre los integrantes
de un grupo determinado, lamentablemente muchas de las veces se logra influir
entre los integrantes pero para mal, es decir, transmitiendo mensajes negativos
a través de la comunicación por lo que se pierde la verdadera finalidad de la
comunicación institucional la cual debería buscar el logro de buenas relaciones
interpersonales y la ejecución de diversas actividades para la mejora de la
institución.
Para que una escuela sea
eficaz tiene que adoptar un enfoque orientado hacia las metas que le permita
continuar desarrollándola al máximo, debe tener una comunicación adecuada entre
sus miembros, debe haber un balance de poderes y debe haber participación
activa de todos sus miembros. Esa escuela tiene que utilizar adecuadamente a
los recursos humanos, debe existir cohesión entre sus miembros y estos deben
mantener una moral alta. Además, los miembros de la escuela deben utilizar su
autonomía para adaptarse a los retos que le produce el ambiente, planificar el
cambio e introducir innovaciones que le permitan estar en mejoramiento continuo
y colaborar juntos utilizando el consenso para la solución adecuada de los
problemas que se presenten.
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