viernes, 21 de noviembre de 2014

7.- La cultura organizacional en la escuela.

La cultura organizacional nos menciona la gran cantidad de situaciones que vivimos los docentes en las escuelas desde la organización, las problemáticas, los estilos de trabajo de cada maestro, la gestión, etc., pero siempre con la huella que tenemos al recordar nuestra primer experiencia, la primera vez que iniciamos nuestra labor profesional, momentos donde descubrimos que había una cierta distancia entre la teoría que habíamos obtenido en nuestra formación como maestros y la realidad en la practica, pues nos encontramos con situaciones muy diversas que muchas de las veces no encontramos en ningún documento y que solamente podemos sentir y vivir cuando estamos parados frente a la institución que nos han asignado para trabajar, es ahí, en ese instante cuando debemos hacer una serie de movilizaciones mentales para atender a las problemáticas que se nos presenten y poder incorporarnos a las exigencias o formas de organización de la escuela, ya que muchas de las veces llegamos con ideas propias pero en la mayoría de los casos se requiere que nos adaptemos a la forma de trabajo de la escuela a la que llegamos es decir a sus tradiciones y culturas que se practiquen en dicha institución, en esta dimensión pude entender que cada escuela tiene sus características diferentes es decir no existe una sola escuela que sea igual o donde los ambientes sean iguales porque cada contexto, cada infraestructura, cada grupo de alumnos, cada grupo de padres de familia, cada grupo de maestros y directivos tienen sus características propias y formas de trabajar así como formas para desenvolverse en el ambiente educativo y cada papel que juegan dichos personajes están traspasados por una experiencia de pertenencia institucional.
Podemos entender que si interactuamos en cada institución personas diferentes y con ideas diferentes, por momentos haya roces o divergencias en la forma de pensar o actuar, pero sobre todo para la toma de decisiones, además para seguir reglas o acuerdos debemos de coincidir en un objetivo en común que se desprenderá de las reuniones de consejo y de la suma de ideas en conjunto, pero es aquí donde vuelve a entrar en juego la comunicación, la negociación para solucionar conflictos y alcanzar las metas propuestas a nivel institucional, es decir, para toda esta gran organización escolar se deben tomar medidas entre docentes y padres de familia, así como con las autoridades educativas para llegar a acuerdos que mejoren los espacios educativos y sobre todo el ambiente de trabajo en cada escuela.
El conjunto de decisiones y de prácticas de los maestros ante esta diversidad de condiciones culturales y socioeconómicas, que colocan a sus alumnos en posiciones distintas frente a la experiencia escolar, constituye, sin duda, el espacio donde entra en juego de manera mas clara la igualdad de oportunidades educativas. La equidad que la escuela pública asume como compromiso constitucional se expresa, en última instancia, en lo que ocurre en cada escuela y en cada salón de clases.
Hoy en día los maestros debemos estar a la vanguardia educativa para atender a las necesidades de los educandos, no solo en cuanto a conocimientos y valores sino también en cuanto a conocimientos científicos y tecnológicos para dar solución a los requerimientos de las nuevas generaciones buscando siempre la actualización constante.
El aspecto social en la educación va de la mano y es la que nos exige que dejemos acciones que van en contra de la pedagogía o de las practicas de superación y mejoramiento escolar, tenemos esa gran responsabilidad y el compromiso con la gente de nuestro país de entregarles alumnos competentes y tratar de tener la aceptación de maestros como hace años la teníamos en la sociedad y sobre todo ese reconocimiento, no como hoy en día que mucha gente ya no confía en nosotros y en nuestro trabajo.
La sociedad de nuestro país cada ves nos exige mas resultados satisfactorios, los alumnos requieren que sean educados de manera competente para hacer frente a este mundo globalizado y lleno de retos para poder resolver diversas problemáticas en contextos diferentes, ya no podemos hacer como que trabajamos y que no lo hagamos, debemos comprometernos con nuestro desempeño como verdaderos profesionales de la educación pues las miradas de los medios de comunicación y de la población esta sobre nosotros, así que para volver a tener el prestigio que teníamos hace años es necesario ganarnos a la sociedad pero con trabajo, para que no tengamos nada en lo cual nos ataquen y podamos cumplir los fines de la educación que son el desarrollo de la nación.
El maestro es una figura completamente social no solo en el sentido de las relaciones que genera con maestros, padres de familia y alumnos o por el impacto que generan sus acciones o actividades dentro de la sociedad, es mas una cuestión de como se observa al maestro en nuestra sociedad actual desde el aspecto empresarial, desde la política, desde el comercio, etc., el trabajo como docentes trasciende no solo en nuestros alumnos sino también en la vida de nuestra sociedad, es por eso que si no preparamos a nuestros alumnos para vivir y ser competentes en la sociedad difícilmente podrán aportar algo al futuro del país, es decir, no solo le compete a las familias el futuro de sus hijos, ni a ellos mismos por si solos, sino en gran medida a nosotros como maestros, tenemos que entender que somos figuras publicas y lamentablemente a través de la historia de nuestra sociedad hemos perdido mucho prestigio y reconocimiento social, antes el maestro junto con los sacerdotes y los doctores eran vistos como figuras publicas de alto prestigio y se dirigían a ellos con el mayor respeto posible y en muchas ocasiones ellos decidían muchos aspectos de la vida en las comunidades o en los pueblos, además de tener diversas funciones en bien de la sociedad, además, los maestros en especial éramos sinónimo de prestigio e inteligencia, hoy en día vemos como la sociedad nos denigra y nosotros mismos nos denigramos con nuestros actos, precisamente porque se ha perdido esa responsabilidad social y hemos dado paso a la falta de responsabilidad profesional, es por eso que tenemos que volver a retomar nuestra función social con nuestro trabajo comprometido a mejorar siempre y poniendo en juego relaciones interpersonales con nuestro compañeros es decir dentro de la institución y fuera de ella debemos dirigirnos con respeto atendiendo a las diversas formas de pensar de nuestros compañeros, además en las escuelas debemos hacer  un análisis personal de nuestra forma de actuar como es la manera de comunicarnos con los demás y que relaciones tenemos con los demás es decir si son de compañerismo o solamente de trabajo, si estamos actuando de acuerdo a las normas o acuerdos de la institución o no, debemos analizar si con nuestro actuar no estamos perjudicando a alumnos, padres de familia o compañeros maestros.

El trabajar en una institución engloba muchas situaciones desde que llegamos por la mañana a la escuela se presentan acontecimientos, buenos o malos, hasta la hora de salir, algunas veces tienen que ver solamente con nuestro actuar o en el sentido personal, pero muchas de las veces se relacionan con la vida y el ambiente de la escuela o con otros actores del quehacer educativo, sin dejar de lado las repercusiones o implicaciones que se tendrán fuera de la escuela en este sentido en el aspecto social.

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